martes, 5 de julio de 2016

UNIDAD DIDÁCTICA 11: El texto argumentativo


Unidad didáctica 11

Un artículo de opinión: El texto argumentativo

Partiremos de la siguiente cuestión: “¿Cómo puedo convencer a los demás de lo que pienso?”

Esta pregunta nos llevará a la escritura de un artículo de opinión para la revista del instituto. Los alumnos deben defender, argumentándola, su postura respecto a la siguiente cuestión:

¿De qué modo te beneficia la expansión de nuestra lengua en el mundo?"

En esta tarea tendréis que investigar y controlar los siguientes contenidos:

PRIMERA SESIÓN:

¿De dónde viene nuestra lengua?¿Siempre ha sido como la hablamos nosotros?

¿Por qué se habla más de una lengua en España? La diversidad lingüística

¿El andaluz es una lengua?¿Qué diferencia a una lengua de un dialecto?

SEGUNDA SESIÓN

¿Por qué “viajan” las lenguas?¿Por qué se habla español fuera de España?

¿Qué ocurrió con los idiomas que se hablaban en América antes de la llegada del español?

¿Qué consecuencias (económicas, sociales) tiene la expansión de un idioma?

¿Qué tiene de positivo la diversidad lingüística?

TERCERA SESIÓN

Texto argumentativo (características)

Tipos de textos argumentativos

Clases de argumentos

Textos periodísticos de opinión. El artículo de opinión. Características lingüísticas.







Mientras vais trabajando la información anterior, en clase iremos leyendo y comentando algunos textos:

Ellas

Un amigo me envió hace poco una pequeña noticia que él había encontrado en la página web de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Estaba dentro de un documento sobre África y era una menudencia, apenas dos líneas modestísimas. Traducidas del inglés, decían así: "Las mujeres -no los camiones, no los trenes, no los aviones- acarrean dos tercios de todas las mercancías que se transportan en el África rural". Mi amigo se quedó impactado. Y yo también.

Es una información que enciende inmediatamente en mi cabeza una catarata de imágenes: cientos de miles de mujeres, de ancianas y de niñas atravesando en todas las direcciones el continente, paso a paso, cimbreándose bajo pesadas cargas. Y además llevando algún niño atado a las espaldas. Para que luego digan (porque aún se sigue utilizando esa necedad) que somos el sexo débil... Y lo más grandioso es que, biológicamente, es cierto que los hombres poseen, por lo general, más vigor físico que las mujeres. Pero la verdadera fortaleza es otra cosa: está hecha de tenacidad, de aguante, de entrega, de perseverancia. Porque para llegar a China basta con dar un paso detrás de otro y no parar. Estas mujeres fuertes, humildes y asombrosas son la espina vertebral de África. Ellas son quienes sostienen el hogar, quienes cuidan de los niños y los enfermos, quienes gestionan la economía familiar. Todos los expertos en desarrollo, empezando por el gran Muhammad Yunus, el inventor de los microcréditos, flamante premio Nobel de la Paz (¿y por qué no le han dado el de Economía?), saben que las mujeres de los países pobres, y desde luego las africanas, sacan mejor partido a las ayudas económicas, que son más eficaces, más laboriosas y fiables.

Mujeres bueyes, mujeres mulas de carga, resistentes, calladas, austeras y heroicas. Muchas de ellas, millones, con el clítoris mutilado. Míralas ahí, en tu imaginación, pululando por el mapa africano, afanosas como hormigas, cada una con su carga en la cabeza. Qué infinidad de pequeños esfuerzos, cuantísimas fatigas hay que aguantar para llegar a acarrear dos tercios de las mercancías. Son la esperanza del futuro, el motor del mundo.

Rosa Montero ( El País)

1º ¿De qué trata el texto?¿Qué opina el autor?

2º Subraya las ideas principales de cada párrafo.

3º Escribe un resumen: recuerda que en un resumen sintetizamos la información esencial de un texto pero usando nuestra palabras, lo hacemos en 3ª persona y en presente, que no opinamos ni comentamos y que no decimos nada que no esté en el texto

4º Identifica las palabras subrayadas con uno de estos recursos:

Paralelismo metáfora comparación.

5º Escribe un sinónimo de cada palabra que aparece en negrita.


Hablemos del Islam

Otra matanza. Una vez más, los terroristas no eran amish o metodistas. Los medios de comunicación tardaron horas en confirmar la obviedad: que los atacantes eran musulmanes y que se habían inmolado al grito de «¡Alá es grande!». Y para seguir con el patrón habitual en estos trágicos sucesos (cada vez más frecuentes), los políticos –salvo en el caso de François Hollande y Manuel Valls–, en sus declaraciones, pasaron de puntillas la identidad y motivación de los terroristas. Como colofón, como viene siendo habitual, el coro de ciudadanos, periodistas y políticos que bajo los lemas «el islam es una religión de paz» o «el terrorismo no conoce religión», se apresuran a absolver al islam de cualquier conexión (por muy remota que pudiera ser) con los atentados. En otros tiempos, cabe suponer que estos mismos sujetos, tan activos en las redes sociales, habrían defendido hasta quedarse sin aliento la ausencia de relación entre la gallina y el huevo.

Hablemos-del-islam. Para ser sinceros, sí que se suelen enunciar ciertas raíces para explicar el fenómeno del terrorismo islámico: la política de Occidente en Oriente Medio, Israel, la opresión bajo la que viven muchos árabes, la miseria económica… No hace mucho Obama llegó a afirmar que el fundamentalismo islámico podría solucionarse con políticas de empleo en Oriente Medio. Sin embargo, hay desempleo en muchas partes del mundo, hay déspotas oprimiendo regiones o países en diversos continentes, y Occidente se ha ganado la enemistad de muchos pueblos y regiones, no sólo en Oriente Medio. Si la lógica es la opresión política… ¿por qué no vemos tibetanos budistas masacrar viandantes en Hong Kong o Londres? Si es un problema de desigualdad económica y pobreza… ¿dónde están los suicidas congoleños provocando el caos en Bruselas? ¿Y por qué no hay terroristas tailandeses vengando la explotación que ciertas empresas occidentales llevan a cabo en su país?

Como vemos, en los tiempos en que vivimos no todos los pueblos y culturas reaccionan de forma igual ante situaciones dramáticas o injustas. Unos protestan, otros hacen huelgas de hambre y otros ametrallan a los clientes de un café parisino. Pensemos por un momento en los principales conflictos armados que están teniendo lugar en estos momentos: Malí, Nigeria, Libia, Somalia, Yemen, Siria, Irak, Afganistán… en todos ellos el denominador común es la presencia de una insurgencia de carácter fundamentalista islámico. Ahora mismo, el único conflicto de importancia en el que no hay musulmanes de por medio es el caso de Ucrania, y quizá por ello mucha gente no termina por comprenderlo.

Por supuesto, hay un hecho incontestable: en un mundo en el que viven 1.300 millones de musulmanes no se explica que el islam sea una religión propensa a la violencia. Si así fuera, los atentados serían constantes, y las víctimas, millones por semana. Es innegable que la gran mayoría de musulmanes conciben su fe de forma pacífica y no albergan la más mínima intención de atentar o suicidarse. De hecho, muchos de ellos son las principales víctimas de los terroristas. El islam no es un fenómeno monolítico, sino increíblemente plural y fragmentado. Hay innumerables escuelas de interpretación y tradiciones. La mayoría, pacíficas. Otras, no tan numerosas pero lo suficientemente influyentes, no lo son.

Muy a pesar de los defensores de la religión de paz y otros eslóganes vacuos, en el Corán y en la vida de Mahoma hay sobrados ejemplos de incitación a la violencia y al odio. Y como todo musulmán sabe, el Corán es la palabra de Dios, y Mahoma la perfecta encarnación de lo que debería ser un buen musulmán. Y esto, como no podría ser de otra forma, es una fuente de problemas y equívocos. No es asunto menor que Alá en el Corán prometa una recompensa mayor a aquel que lucha en la guerra santa contra el infiel ni que Mahoma liderase en repetidas ocasiones un ejército en el campo de batalla.

No obstante, hay muchos otros pasajes en el Corán que predican la tolerancia y el bien, así como bastantes ejemplos en la vida de Mahoma en los que el profeta se comportó con bondad y predicando un mensaje de paz y armonía. Pero, mientras no se traten de forma crítica aquellos pasajes en el Corán y en la vida de Mahoma que contradicen el mensaje de paz y tolerancia, no podrá darse ningún progreso en la lucha contra el radicalismo religioso. Más que negar la existencia de ningún problema, habría que reconocer la realidad y tratarla. En lo que aquí concierne, mediante una nueva exégesis del Corán y de la vida del profeta que destierre los aspectos más problemáticos mediante una lectura no tan literal y aislada de las fuentes.

Así que empecemos por hablar del islam.

Javier Gil Guerrero, Doctor en Historia.

¿Cuál es el tema general del texto?

La primera frase del texto es breve, pero contundente: "Otra matanza". ¿A que matanza se refiere? ¿Por qué utiliza el determinante "otra"? Explica la fuerza expresiva de este arranque del texto.

En el primer párrafo les hace un reproche a ciertas personas. ¿A quiénes? ¿Qué les reprocha exactamente? Este reproche tiene que ver con la tesis del texto 8es decir, la opinión del emisor). ¿Cuál crees que será? (Puedes esperar a leer el texto completo para contestar esta última pregunta).

A continuación enumera algunas de las causas que se esgrimen para explicar el fenómeno del terrorismo. ¿De qué modo contraargumenta el autor esos argumentos comunes?

Un poco más adelante también enumera distintas formas de reaccionar ante la injusticia. ¿Qué tres formas enumera? ¿Qué fin crees que persigue con esta enumeración?

En el texto también aparecen ejemplos de países en conflicto. ¿Para qué los nombra? ¿Qué excepción cita en relación a este argumento de ejemplificación?

En el párrafo siguiente, hace una concesión apoyada en cifras. Explica en qué consiste.

¿De qué forma vincula el autor Islam y violencia? ¿Qué medidas propone para solucionar este gravísimo problema?

Teniendo en cuenta el lugar del texto donde se sitúa la tesis y el cuerpo de la argumentación, ¿qué tipo de estructura presenta este texto?

¿Cuál es tu postura sobre los hechos que se analizan en el texto de Javier Gil?



TEXTO ARGUMENTATIVO (ENSAYO)-

Cuenta un escritor brasileño amigo mío, Edweine Loureiro, que, en una cena en la que le preguntó a un anciano japonés cómo pudo transformarse Japón tras la Guerra Mundial en una potencia económica, este le respondió ofreciéndole un tazón de arroz con una sonrisa. Mi amigo pensó que su interlocutor había optado por ignorar la pregunta, pero este, consciente de la perplejidad de su compañero de mesa, le ofreció una explicación de su metáfora. “Al término de la guerra, no teníamos arroz para comer”, le aclaró. “Entendimos que solo trabajando juntos e intensamente seríamos capaces de vencer al hambre y a la miseria. Así que nos convertimos nosotros mismos en arroz cocido: cuanto más pegados unos granos a otros, más fuertes nos hacíamos.”

El arroz japonés constituye la alegoría perfecta para ilustrar las diferencias entre la naturaleza de este pueblo y la nuestra: mientras nuestro concepto de arroz de calidad incluye como condición indispensable el que sus granos estén sueltos, el arroz japonés es pegajoso. Cada grano, redondo y lleno de almidón, se encuentra pegado a otro, de manera que comer con palillos no supone ninguna dificultad: los granos nunca se caen y el tazón queda invariablemente limpio al final. El señor de la historia le hizo entender a mi amigo que los japoneses, ante una catástrofe de proporciones inimaginables, hicieron lo que mejor saben hacer: poner el bien común por encima del individual. El progreso se derivó de ello por sí solo, y en la repartición de los beneficios también entraron todos. El arte de anteponer el bien común al propio, tan bien visto, aceptado y predicado universalmente, no es sin embargo practicado con frecuencia en muchos lugares del mundo. ¿Es, pues, inalcanzable para seres que no posean una cualidad humana especial?

La lección que recibimos con cierto desconcierto los occidentales que vivimos en Japón es que la cuestión carece de misterio, ya que no requiere de ningún sacrificio heroico ni de ninguna capacidad sobrenatural. Hacer bien el trabajo de uno, sin cuestionar ni eludir sus aspectos más ingratos, cualquiera que sea el oficio y la consideración social que reciba, es la única clave para pertenecer a ese arroz cocido colectivo y beneficiarse al mismo tiempo como individuo.

(Montserrat Sanz Yagüe, Presentación del libro Frente al Pacífico, 2011)

1º Indica el tema del texto. ¿Qué idea defiende la autora?

2º Subraya las ideas principales de cada párrafo y escribe un resumen.

3º ¡Sabes qué son los gentilicios: escribe los que aparecen en el texto.

4º ¿Por qué usa la autora comillas en el primer párrafo?
Terminamos con este texto y una sonrisa:

El pasado 21 de diciembre de 2011 ocurrió un suceso en mi pueblo: un señor de mediana edad había sufrido un infarto en su cada y había fallecido. Según las fuentes más sabias y objetivas de mi querido pueblo, se afirmó rigurosamente que vivía solo, que acababa de separarse y que su vida estaba llena de sinsabores. Curiosamente, unos días más tarde, como un fantasma entre las tinieblas, el señor de mediana edad recientemente enterrado y beatificado por las altas fuentes informativas de mi pueblo fue visto en el bar tomando un vino. Todo el mundo lo miraba asombrado y confuso. El hombre, ajeno a todo lo ocurrido, se sintió cohibido y en un momento de explosión preguntó: “Bueno, ¿y qué pasa?”. Nadie se atrevía a responder. Todo el mundo miraba cabizbajo hasta que de repente alguien habló. El hombre, que no sabía ni reír, llorar, gritar o matarlos a todos, contó lo que realmente le había sucedido (se había cortado un dedo pelando patatas y había acudido a urgencias) y finalmente preguntó que de dónde había salido toda aquella historieta digna de un culebrón mexicano. Tras un incómodo silencio, todo el mundo comenzó a decir: “A mí me dijo Pepa que te habían ingresado por infarto, yo se lo dije a Juana, y Juana le dijo a María que estabas solo cuando te sucedió, así que María le dijo a José que claro, que estabas solo porque acababas de separarte, y José a Marcos le dijo que…”.
En fin, como podemos observar, un simple corte pelando patatas puede convertirse de la noche a la mañana en un infarto que termina en un entierro.
Con esta anécdota quiero mostrar a la gente cómo en los pueblos las llamadas “fuentes firmemente primarias”, más conocidas como las marujas del pueblo, dentro de su aburrida e interminable existencia, se dedican a cambiar o más bien a dramatizar las noticias que escuchan (en el médico, en el súper, en la pescadería…). Pero eso no es todo. Ese primer cambio de información premeditado realizado por dichas marujas va acompañado de un boca a boca de persona a persona, en cuyo transcurso la noticia se estira, se encoge, se exagera, se cambia, en definitiva, ocurre lo mismo que pasa en el juego de niños que se conoce con el nombre del teléfono escacharrado.
Finalmente, aconsejo a los habitantes de mi pueblo y de otros pueblos de España que quizás aún no han sido víctimas de las temibles marujas, que se anden con pies de plomo, porque quién sabe si algún día de repente entran a comprar el periódico y ven su esquela en la puerta del establecimiento.

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