martes, 5 de julio de 2016

UNIDAD DIDÁCTICA 9 : MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98


UNIDAD DIDÁCTICA 9

EL MODERNISMO Y LA GENERACIÓN DEL 98

Recursos
Los alumnos seleccionarán la información de distintos enlaces propuestos:

·         El Modernismo. Wikipedia
·         modernismo002.jpgEl Modernismo. Hiru
·         Generación del 98. Wikipedia
·         La Generación del 98. Hiru


 Metodología
Activa y participativa, que facilite el aprendizaje tanto individual como colectivo y que facilite la adquisición de las competencias básicas.Se fomentará el uso de las TIC .
Secuenciación
Tras una explicación teórica del profesor( visionado del documental:https://www.youtube.com/watch?v=d-oZq7PUid0) que acerque el tema motivando lo más posible a los alumnos, dejaremos que elijan los puntos que quieren trabajar:
1 Contexto
2 Características del Modernismo
3 Características de la Generación del 98
3 Principales autores…
Buscarán información en los enlaces señalados y tras recopilar la información realizarán un power point

Puesta en común del trabajo.Temporización
2 o 3 semanas, dependerá de la profundización que exijamos o del interés que aparezca en los alumnos.
Evaluación del proceso de aprendizaje
Se evaluará la búsqueda de la información, el trabajo en equipo, el resultado de las actividades propuestas y su puesta en común.
Para ello los propios alumnos se autoevaluarán y opinarán sobre el trabajo de sus compañeros.
El profesor tendrá en cuenta las opiniones de los alumnos y evaluará el trabajo individual mediante la observación del trabajo diario en el aula y el resultado del trabajo en común, teniendo en cuenta la expresión oral, la originalidad, la puesta en escena…

CUESTIONES PREVIAS. Para realizarlas en parejas.
1 ¿Qué rasgos creeis que compartís tú y tus amigos que os hagan pertenecer a la misma generación?
2 Si tuviérais que elegir tres valores importantes de conducta ¿Cuáles eligiríais?
3 Elegid una figura que destacaríais como un modelo de vida a seguir.
4 ¿Qué os diferencia de la generación de vuestros padres?
5 ¿Qué significa la expresión “más se perdió en Cuba”?
PRESENTACIÓN DE LA TAREA:
Vais a conocer a un grupo de escritores que se enfrentaron a un cambio de siglo. Con ellos entramos en el siglo XX. Os propongo que entréis en ese trocito de nuestra historia a través de los enlaces que os he dejado más arriba y después preparéis una exposición.
Lla finalidad de este trabajo es, además de profundizar en esta época, ser capaces de trabajar de forma colaborativa con los compañeros, tomar decisiones en conjunto, saber resolver los conflictos o problemas que se os planteen a lo largo del trabajo, y ser capaces de mostrar de una manera clara, original y creativa vuestro trabajo. Podéis elegir distintas formas de presentación:

1. Crea un vídeo informativo con formato televisivo (documental, entrevista,, concurso, etc.) que refleje las principales características del Modernismo y la Generación del 98 así como el estudio de sus máximos representantes. No olvidéis que previamente deberéis:
- Realizar un esquema o guión con los contenidos que tendrá vuestro formato
- Repartir las tareas que va a realizar cada miembro del grupo
- Escoger y/o grabar imágenes (también podéis participar vosotros mismos y adoptar los distintos papeles en el vídeo: presentador, narrador, experto en el debate o la entrevista, concursante, etc).
- Editar el vídeo uniendo imágenes, música, audio, etc.
- Cada formato televisivo tiene unas características y un lenguaje propio: si se trata de un documental deberá haber un narrador en off, distintas imágenes, etc.; en un concurso aparecerán varios concursantes y un presentador , etc.

2 Crea una exposición de fotografías que plasmen visualmente las principales características modernistas y noventayochistas.
No olvides que.-como en toda exposición, deberán ir acompañadas de una breve descripción a modo de pie de página. A través de las imágenes debéis explicar al resto de la clase los contenidos.
- Es importante la calidad de las fotografías y el gusto estético

3. Elabora un power point o un prezzi.

BLOQUES DE INVESTIGACIÓN
Introducción Contexto histórico y social (común para todos los grupos)
Título. Nombres de los participantes. Curso
Bloque del Modernismo
1 Modernismo: Origen y definición .
2 Modernismo: características
3 Modernismo: temas
4 Modernismo: estilo
6 Comentario del poema Sonatina de Rubén Darío. Análisis de sus rasgos modernistas.
Bloque sobre el 98
1 Generación del 98: La crisis de fin de siglo:contexto histórico-social.
2 Generación del 98: nómina de autores
3 Generación del 98: ¿es una generación?
4 Generación del 98: características, estilo,
5 Ceneración del 98 temas
6 Generación del 98 frente al Modernismo
Bloque de autores
1 Rubén Darío y análisis del poema Lo Fatal La vertiente existencial del Modernismo.
2 Antonio Machado y el poema Palacio buen amigo.
3 Unamuno y lectura dramatizada del texto que aparece en el anexo.
4 Azorín explicación del autor y lectura y análisis del texto que aparece en el anexo poniéndolo en relación con la España actual-
5 Pío Baroja y análisis y lectura dramatizada del texto que aparece en el anexo.
6 Valle Inclán y la técnica del esperpento. Rasgos principales.

La clase debe dividirse en 6 gupos, la introducción es común para todos, después cada grupo debe elegir un punto de cada bloque para investigar y llevar a cabo su tarea. Después de cada exposición cada grupo hará un esquema-resumen de su trabajo en la pizarra.

ANEXO
Un fragmento de Niebla. De Miguel de Unamuno.
––“¡No, no te muevas! ––le ordené.
––Es que... es que... ––balbuceó.
––Es que tú no puedes suicidarte, aunque lo quieras.
––¿Cómo? ––exclamó al verse de tal modo negado y contradicho.
––Sí. Para que uno se pueda matar a sí mismo, ¿qué es menester? ––le pregunté.
––Que tenga valor para hacerlo ––me contestó.
––No ––le dije––, ¡que esté vivo!
––¡Desde luego!
––¡Y tú no estás vivo!
––¿Cómo que no estoy vivo?, ¿es que me he muerto? ––y empezó, sin darse clara cuenta de lo que hacía, a palparse a sí mismo.
––¡No, hombre, no! ––le repliqué––. Te dije antes que no estabas ni despierto ni dormido, y ahora te digo que no estás ni muerto ni vivo.
––¡Acabe usted de explicarse de una vez, por Dios!, ¡acabe de explicarse! ––me suplicó consternado––, porque son tales las cosas que estoy viendo y oyendo esta tarde, que temo volverme loco.
––Pues bien; la verdad es, querido Augusto ––le dije con la más dulce de mis voces––, que no puedes matarte porque no estás vivo, y que no estás vivo, ni tampoco muerto, porque no existes...
––¿Cómo que no existo? ––––exclamó.
––No, no existes más que como ente de ficción; no eres, pobre Augusto, más que un producto de mi fantasía y de las de aquellos de mis lectores que lean el relato que de tus fingidas venturas y malandanzas he escrito yo; tú no eres más que un personaje de novela, o de nivola, o como quieras llamarle. Ya sabes, pues, tu secreto.
Al oír esto quedóse el pobre hombre mirándome un rato con una de esas miradas perforadoras que parecen atravesar la mira a ir más allá, miró luego un momento a mi retrato al óleo que preside a mis libros, le volvió el color y el aliento, fue recobrándose, se hizo dueño de sí, apoyó los codos en mi camilla, a que estaba arrimado frente a mí y, la cara en las palmas de las manos y mirándome con una sonrisa en los ojos, me dijo lentamente:
––Mire usted bien, don Miguel... no sea que esté usted equivocado y que ocurra precisamente todo lo contrario de lo que usted se cree y me dice.
––Y ¿qué es lo contrario? ––le pregunté alarmado de verle recobrar vida propia.
––No sea, mi querido don Miguel ––añadió––, que sea usted y no yo el ente de ficción, el que no existe en realidad, ni vivo, ni muerto... No sea que usted no pase de ser un pretexto para que mi historia llegue al mundo...”

Prohibir De Azorín
En España, el vocablo mandar ha sido siempre sinónimo de prohibir: nuestra política secular puede resumirse en las prohibi- ciones y en las expulsiones. Hemos expulsado a los moriscos y a los judíos; sabios economistas (como Fernández Navarrete en su
Conservación de monarquías 1 , «Discurso VII») han llegado a aconsejar que se lanzase también fuera de España a los gitanos, a los irlandeses y a los extranjeros de toda suerte. No hemos ido tan lejos por esa vía; mas el éxodo forzado de los moriscos no es una empresa despreciable. Algo más, sin embargo, hemos hecho en el capítulo de las prohibiciones. Un español que no prohíba algo, bien en su casa, bien en un Consejo o bien en esferas más altas de la burocracia, no es un español castizo. La tradición está bien clara. ¿Será preciso recordar las numerosas pragmáticas, ordenamientos y leyes que sobre materias suntuarias han promul- gado nuestros reyes? En los siglos pasados, un habitante de España no podía vestir a su talante, ni poseer tales o cuales muebles de su gusto, ni tener tantos o más cuanto criados, ni andar en coche de esta o de la otra forma. En 1623, Felipe IV prohíbe «el uso del oro y
plata, en tela y guarnición, dentro y fuera de casa», como también el que los hombres puedan traer «ferreruelos , bohemios , ni balandranes de seda, sino tan solamente de paños o raja ». El mismo monarca, en 1639 —día 13 de abril, es justo consignarlo—,
manda también que «ningún hombre pueda traer capote o jau- lillo , ni guedejas con crespo u otro rizo, el cual no pueda pasar de la oreja; y los barberos que hicieran cualquiera de las cosas susodichas, por la primera vez, caigan o incurran en penas de
veinte mil maravedís y diez días de cárcel, y por la segunda vez, la dicha pena doblada y cuatro años de destierro».
A ZORÍN «Lo castizo», en Los pueblos.

Un fragmento de El árbol de la ciencia de Pío Baroja.
(…) Lo que hace a la sociedad malvada es el egoísmo del hombre, y el egoísmo es algo natural, es una necesidad de la vida. ¿Es que supones que el hombre de hoy es menos egoísta y cruel que el de ayer? Pues te engañas. ¡Si nos dejaran!; el cazador que persigue zorras y conejos cazaría hombres si pudiera. (…) ¿Es que tú crees que el egoísmo va a desaparecer? Desaparecería la Humanidad. ¿Es que supones, como algunos sociólogos ingleses y los anarquistas, que se identificará el amor de uno mismo con el amor de los demás?
No; yo supongo que hay formas de agrupación social, unas mejores que otras, y que se deben ir dejando las malas y tomando las buenas.
Esto me parece muy vago. A una colectividad no se la moverá jamás diciéndole: Puede haber una forma social mejor. Es como si a una mujer se le dijera: Si nos unimos, quizá vivamos de una manera soportable. No; a la mujer y a la colectividad hay que prometerles el paraíso; (…) En todas partes y en todas épocas los conductores de hombres son prometedores de paraísos.
Sí, quizá; pero alguna vez tenemos que dejar de ser niños; alguna vez tenemos que mirar a nuestro alrededor con serenidad. ¡Cuántos terrores no nos ha quitado de encima el análisis! Ya no hay monstruos en el seno de la noche, ya nadie nos acecha. Con nuestras fuerzas vamos siendo dueños del mundo.
(Pío Baroja, El árbol de la ciencia)

RÚBRICA PARA EVALUAR EL TRABAJO

MODERNISMO Y 98 SÍ (10-8) NO SIEMPRE (7-5) NO (4-1)


La presentación del trabajo es correcta.





El contenido del trabajo es completo, claro y bien estructurado.





La exposición oral es clara y ordenada.





El esquema-resumen recoge la información esencial





Han trabajado todos los miembros del grupo.






¡¡¡Aquí os dejo unos apuntes del tema por si … alguien ha perdido la conexión!!!

La "Generación del 98" y el Modernismo son dos corrientes coetáneas en España. Si bien los escritores del 98 se decantan más por la novela y el ensayo como géneros y por temas más morales, sociales o filosóficos, unos y otros coinciden en bastantes e importantes aspectos:

  • Necesidad de regeneración nacional, superando de forma definitiva la España de la "Restauración" y asumiendo el fracaso de la burguesía en tal empresa.
  • Procedencia social burguesa de los escritores.
  • Necesidad de superar el realismo, como modelo estético dominante desde los últimos decenios del s. XIX, mediante la subjetividad, el irracionalismo, etc.
  • Desprecio del parlamentarismo como fórmula política típicamente burguesa en las sociedades occidentales.
  • Reivindicación de la libertad total para el artista y la concepción de sí mismo como alguien superior a los demás.
En definitiva, pues, 98 y Modernismo no son más que dos expresiones simultáneas de la crisis interna de la burguesía como clase social y de su ideología. Son dos formas diferentes de superación del realismo estético y del positivismo filosófico: dos caminos paralelos de ruptura con el sistema burgués, dos síntomas de una misma crisis, no sólo española sino occidental.

El Modernismo


El Modernismo es un movimiento literario que busca la renovación artística y que da gran importancia al cuidado de los aspectos formales. Los modernistas son partidarios del "arte por el arte" y se evaden de los problemas del hombre. Se inspira en dos movimientos franceses del siglo XIX: el Parnasianismo y el Simbolismo.

El Parnasianismo es un movimiento iniciado por T. Gautier que pretende conseguir la "obra bien hecha". Es una tendencia formalista, partidaria del arte por el arte, con gran uso de los recursos formales. Tratan sobre temas clásicos y exóticos.
El Simbolismo pretende encontrar la realidad que se esconde tras las apariencias; para ello hay que crear un lenguaje nuevo, mediante el uso de símbolos, que cree una poesía de corte intimista. Para los simbolistas la poesía es el arte de la sugerencia. Los principales simbolistas fueron Baudelaire, Verlaine y Mallarmé.

Características del modernismp

  • Exaltación de la belleza formal y reivindicación de la forma como único valor artístico.
  • Creencia de que el artista es alguien superior al resto de las personas (herencia romántica).
  • Ruptura frontal con el realismo burgués y todas sus manifestaciones artísticas. El arte no sirve para conocer y cambiar el mundo, sino para crear otros mundos mejores y más bellos.
  • Valoración de la musicalidad en poesía, lo que les lleva a concebir este tipo de literatura como ritmo. En ese sentido los modernistas fueron revolucionarios respecto a la tradición poética hispana, introduciendo los versos de 12 y 14 sílabas; combinaciones estróficas extrañas; uso de los "pies" de la poesía clásica greco-latina, las rimas internas; el hipérbaton con finalidad rítmica; etc. (todo ello, de procedencia parnasiana).
  • Cosmopolitismo y esteticismo en cuanto a los temas: lo extraño, lo exótico, lo elegante, lo gratuito, lo mitológico (ya sea de la antigüedad clásica como de la Edad Media), lo decadente, lo extravagante, lo erótico. En general, se reivindica todo aquello que posee una personalidad propia muy marcada y lo que contrasta con la mediocridad del mundo burgués.
  • Uso de un léxico cultista, simbólico y sugerente, alejado de los registros coloquiales.
  • Sintaxis forzada, muchas veces de resonancia greco-latina.
  • Los principales representantes de este movimiento son, en Hispanoamérica: José Martí y Rubén Darío.
En España: Salvador Rueda, Manuel Machado, Antonio Machado (1ª etapa), Juan Ramón Jiménez (2ª etapa) y Valle-Inclán (1ª etapa).

El máximo representante del Modernismo fue Rubén Darío.
Rubén Darío (1867-1916). Nació en Metapa (Nica­ragua). Su verdadero nombre era Félix Rubén García Sarmiento. Poeta precoz, su vida transcurrió entre el periodismo y la literatura. Hombre cosmopolita y amante del placer, sus viajes lo convirtie­ron en difusor del modernismo. En 1893 viajó a Chile y a Buenos Aires, donde trabajó en los perió­dicos La Nación y La Prensa y en la revista El Mercurio de América.
Llegó a Madrid en 1899; allí co­noció a Villaespesa, Valle-lnclán y Juan Ramón Jiménez. Al año siguiente se trasladó a París. Volvió a España en 1908, como ministro de su país. Debido a la crisis nicaragüense, se marchó de nuevo a París. A partir de 1912 viajó por Suramérica y Europa. Murió en León (Nicaragua).
Destacamos del poeta nicaragüense obras como Azul, Prosas profanas o Cantos de vida y esperanza.
En 1888 se publica Azul., que incluye cuentos breves («El rey burgués», «La ninfa», «El rubí», «El velo de la reina Mab»...) y unos pocos poemas. El libro, producto de la lectura de la poesía francesa, crea un mundo de hadas, princesas, centauros, cisnes y fuentes. El léxico poblado de objetos exóticos, la exquisitez aristocrática, el culto parnasiano de «el arte por el arte», implican un rechazo de la realidad burguesa, en la que Darío no quiere integrarse.
En 1896, Rubén Darío publicó en Buenos Aires Prosas profanas, libro que deslumbró tanto por sus innovaciones métricas como verbales. Por un lado, Prosas profanas continúa la línea de evasión aristocrática de la realidad, y por otro, retoma la preocupación social de la primera época. En sus versos, Darío cuestiona qué es el arte, el placer, el amor, el tiempo, la vida, la muerte, la religión, la creación poética... El tema por excelencia de Prosas profanas es el del placer erótico, que no excluye el sacrificio y la pena. En este poemario, la imagen femenina adquiere diversas formas de la naturaleza: tigre, paloma, yedra, mar, colina...
En 1905 se publica en Madrid Cantos de vida y esperanza, que suma nuevos temas a los de libros anteriores. En esta obra, Darío manifiesta una expresión más sobria, aunque no elimina palabras brillantes ni innovaciones métricas.

La Generación del 98


A finales del siglo XIX España vive una grave crisis general: el sistema político (turnismo; conservadores y progresistas) no funciona; se acrecientan los desfases sociales (proletarios y campesinos frente a alta burguesía); comienzan a surgir los primeros conflictos sociales violentos... y los Regeneracionistas Joaquín Costa y F. Giner de los Ríos, con la Institución Libre de Enseñanzahabían propugnado una serie de medidas concretas para solucionar los problemas del país.
Todo se agudiza con la independencia, en 1898, tras varios años de guerra, de Cuba y Filipinas, últimas colonias de ultramar de España. El "desastre" provoca cuantiosas pérdidas económicas y humanas. Surge también entonces un grupo de escritores preocupados por los problemas del país, por el tema de España": Son los hombres de la Generación del 98, un grupo de escritores que se esfuerzan por intervenir en el adecentamiento de la vida pública, mostrando las miserias y lacras de la sociedad española.

En estos autores se pueden observar unas inquietudes comunes: les preocupan los temas religiosos y existenciales (influencia de los filósofos Nietzsche y Schopenhauer) y, sobre todo, el "tema de España": descubrir la esencia de lo español, la clave de sus problemas, desde un punto de vista subjetivo. Su paisaje preferido será el de Castilla, reflejo de las angustias y esperanzas individuales. Pero en los primeros autores del grupo se ve una evolución hacia posturas más conservadoras en su madurez, mientras que Machado y Valle-Inclán tienen una evolución opuesta.
Los temas que predominan son religiosos y existenciales: El Existencialismo, como corriente filosófica, surge en el siglo XX, pero cuenta con importantes precedentes ya a finales del siglo XIX (Schopenhaur, Nietzsche, Kierkegaard). Y la angustia, el pesimismo y la preocupación por los problemas del hombre han sido temas vitales para algunos de nuestros mejores escritores: La angustia existencial les lleva a plantearse problemas religiosos; la crisis social, económica y científica que se produce a finales del siglo XIX da lugar a nuevas filosofías que reniegan de la razón.
Además, el tema de España es uno de los favoritos de los miembros del 98, que ven en Castilla la esencia del alma española, atraídos por su austeridad y su capacidad para sugerir algo más de lo que captan los sentidos.

Características
  • Defensa de una regeneración social y artística de una España en profunda crisis que queda simbolizada en el desastre colonial del año 98 (del cual toma su nombre). En esa crisis española ven un motivo para hacer una "examen de conciencia" nacional que permita al país superar su decadencia. En ese sentido, el "problema de España" es el gran tema de fondo del 98.
  • Perspectiva unificadora de la España del momento. Castilla se convierte en símbolo del país (espiritualidad, austeridad, energía).
  • Rechazo frontal hacia la clase social burguesa, a la que, paradójicamente, pertenecen la mayoría de ellos. En la burguesía ven una capa social definitivamente derrotada y marginada en el presente, como consecuencia de su fracaso por acceder al poder en España desde el s. XIX.
  • Ideas totalmente anti-realistas en literatura, introduciendo al mismo tiempo elementos subjetivos de tipo irracional en sus ideas políticas y en sus obras literarias.
  • Influencia de las corrientes filosóficas europeas del momento: el irracionalismo, el vitalismo y un existencialismo embrionario (Schopenhauer, Kierkegaard, Nietzsche, Bergson). La otra influencia común es la de los "regeneracionistas" españoles del s. XIX (el krausismo, Giner de los Ríos y la "Institución Libre de Enseñanza", Joaquín Costa) que ya entonces manifestaron la necesidad de regenerar España.
  • Propuesta de soluciones de tipo individualista, subjetivo e idealista a una problemática como la española que, en definitiva era material (económica, social, militar, laboral) y colectiva.
  • Deseo de influir en la sociedad española de la época.
  • Reivindicación del ensayo como nueva forma o género literario, junto al gusto por el lenguaje tradicional.
Pertenecen al Grupo del 98 Unamuno (el "líder"), Azorín, Baroja y Maeztu (el llamado "grupo de los tres", que se dan a conocer a partir de 1901). Además podemos incluir a Valle-Inclán y a Antonio Machado, aunque con reservas, ya que siguen una evolución ideológica opuesta a los anteriores.

LOS AUTORES DEL 98
Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864- Salamanca, 1936) fue un escritor muy prolífico. Escribió en todos los géneros: ensayo, novela, poesía y teatro. Y en todos desarrolló el tema que marcó su obra: la vida humana después de la muerte. Esta cuestión le tuvo obsesionado desde joven. Se negaba a aceptar la existencia de Dios, pero por otro lado quería creer en su existencia como solución al problema. Encontró la respuesta en la literatura pues, para Unamuno, el escritor no muere del todo sino que revive con cada nueva lectura y a través de los personajes que ha creado.

Repasemos brevemente su creación.

El ensayo, lo usó para desarrollar el tema existencial: el sentido de la vida y la inmortalidad del alma, la relación hombre-Dios, y entre el hombre y el mundo. Sus obras destacadas fueron, Del sentimiento trágico de la vida (1913), (en cuanto a la problemática española:) En torno al casticismo y Vida de Don Quijote y Sancho.

La poesía era su ocupación preferida. Se trata de una poesía reflexiva y centrada en los mismos temas antes señalados, como el sentido de la vida, la existencia de Dios, el paisaje y el tema de Espada. La forma de su poesía tuvo varias etapas, de modo que evolucionó desde el desprecio por la rima y la medida hasta una poesía melódica de rima marcada y métrica clásica. Entre sus libros destacan El Cristo de Velázquez (1920) y Romancero del destierro (1928).

La novela, se centra en los mismos temas y la técnica novelesca mezcla la novela y el ensayo. En cualquier caso, son obras de poca acción, con personajes al servicio de las ideas las cuales son el objeto de atención de la obra. Destacamos Niebla (1914), Abel Sánchez, La tía Tula y San Manuel Bueno, mártir (1933).

El teatro, siempre le atrajo y deseó triunfar como dramaturgo, pero el exceso de reflexión y parlamento de sus diálogos dramáticos se lo impidieron. Además, se mantuvo al margen del teatro de moda en la época lo que explica la fría recepción del público. Hoy en día su teatro (carente de acción) sigue siendo pesado para el espectador. Destacan, Fedra, El otro, Soledad y Raquel.

José Martínez Ruiz “Azorín” (Moguer-Alicante 1873 – Madrid, 1967) Se dedicó al periodismo casi toda su vida. Desde 1904 usó el seudónimo de Azorín. A él se debe el nombre de Generación del 98, por un artículo suyo publicado en 1907.

Durante la guerra civil se exilió en Francia y regresó pasada la contienda para vivir en Madrid

Azorín escribió novela, teatro y sobre todo ensayo (como ya hemos dicho, la mayor parte de ellos escritos en prensa).

En sus ensayos se centra sobre estampas de la vida española (La ruta de Don Quijote) y en la crítica literaria (Al margen de los clásicos). El tema de fondo, en todos estos ensayos como de su novela y teatro, es el paso del tiempo. De cómo el paso del tiempo destruye la vida y angustia al hombre.

Su novela más conocida es La voluntad (1907), y otras que destacan son Antonio Azorín y Las confesiones de un pequeño filósofo. Empleó el autor para escribirlas un estilo muy personal, cercano a la abstracción. El estilo es quizá el aspecto más destacado de su prosa: Azorín prefiere la frase breve y precisa, las descripciones mínimas, expresionistas; empleando el mínimo de recursos para decir lo máximo posible.

Antonio Machado.

Nació en Sevilla en 1875. A los ocho años se instala en Madrid. En 1907 se va a Soria como profesor de francés. Allí se casa con Leonor, una muchacha de 16 años (el tiene 32). Pasan un año en Paris, pero ella enferma de tuberculosis. Muere en 1911 y Antonio, desesperado, deja Soria. Continúa su labor como profesor en Baeza, Segovia y Madrid. Durante la Guerra Civil (1936-39) es partidario de la República. Antes de finalizar la guerra, en enero de 1939, se exilia a Francia, donde muere un mes más tarde.

Machado es el poeta más destacado de la generación:Su poesía tiene la influencia del romanticismo tardío (Bécquer y Rosalía de Castro), el modernismo y el simbolismo.

Su obra

Conviene recordar que aunque escribió dos destacados ensayos en prosa: Juan de Mairena y Abel Martín (en los que expone sus meditaciones filosóficas por medio de estos alteregos), Machado fue principalmente un poeta. Su primer libro es Soledades, que se publica en 1903 y se amplía en 1907 con el título de Soledades, Galerías y otros poemas. Son poemas de estilo heredero aún del Modernismo, con mezcla del Simbolismo y el romanticismo de Bécquer y Rosalía de Castro.

En 1912 publicó su gran libro: Campos de Castilla. Una obra que toca de lleno las preocupaciones que señalábamos como destacadas para la generación del 98: la preocupación por el atraso sociopolítico de Espada, Dios y la existencia humana, y, por supuesto, el paisaje castellano que se identifica con los sentimientos del poeta y le sirve además de inspiración.

En su última época destaca su tercer libro Nuevas canciones (1924). Hay en él paisajes, poemas de circunstancias, etc., pero lo más curioso son unos nuevos Proverbios y cantares, poemas brevísimos que muestran las preocupaciones filosóficas de Machado

Antonio Machado evolucionó desde una lírica inspirada en el Modernismo hasta alcanzar una voz propia con Campos de Castilla. Su última etapa coincide en el tiempo con la poesía deshumanizada de la Generación del 27, que él rechazó siempre. Para Machado la poesía está unida al sentimiento y al conflicto humano, como decía: “la poesía es palabra en el tiempo”.

Pío Baroja

Pío Baroja y Nessi (1872- 1956), hijo de un ingeniero de minas, estudió medicina en Madrid y trabajó como médico de provincias en su juventud. Hombre de gran cultura, se interesó por temas tan diversos como la ciencia, la filosofía y, claro está, la literatura. Como la mayoría de los escritores de la Generación del 98, es autodidacta en su formación literaria. Todas estas inquietudes junto con su pasión por los viajes se verán reflejadas en su obra literaria.

Baroja está considerado el mejor novelista de su generación, además de uno de los mejores novelistas españoles de todos los tiempos. Es el creador de un nuevo estilo narrativo, de difícil sencillez. En sus textos predomina la frase breve, el lenguaje coloquial y sin adornos.

Su Obra

Su producción es enorme. Cerca de 100 volúmenes entre novelas (66), ensayos (9), autobiografías, cuentos, teatro (2) y hasta un libro de poemas.

Las novelas. Solía agrupar sus novelas en trilogías. De este modo llegó a acumular 10 trilogías de tema muy variado: aventura, tema social, filosófico, autobiografía, existencial, etc… Su obra novelesca se divide en 3 etapas:

1) de 1902 a 1912. En esta etapa escribe lo mejor de su producción. Las novelas más destacadas de esta etapa son las agrupadas en la trilogía La Lucha por la vida (donde destaca la obra La busca, 1903), Las inquietudes de Shanti Andía, 1911 (novela de aventuras), Zalacaín el aventurero (también aventuras) y El árbol de la ciencia (1911).

En esta primera etapa ya se fijan los motivos temáticos y los personajes típicos de sus novelas.

En cuanto a los temas destacan los de tipo social y político (La busca) o filosófico-existencial (EL árbol de la ciencia), junto con la revisión histórica y la aventura.

Respecto a los personajes, los hay de dos tipos:

a) pasivos: son personajes reflexivos, tristes y pesimistas. Normalmente reflejan la forma de pensar del autor, o sea, son escépticos, no creen que se pueda mejorar la vida, en definitiva, no creen en el “regeneracionismo” que caracteriza a los autores del 98. Acaban derrotados por la sociedad (como Andrés Hurtado en El árbol de la ciencia).

b) los activos: personajes aventureros, guerreros o trabajadores intrépidos que actúan sin pensar en las consecuencias, como Zalacaín o Shanti Andía (algunos de sus héroes de acción). Estos personajes son lo que el propio autor deseó ser (un hombre de acción) pero que solo logró alcanzar por medio de la imaginación literaria, pues tuvo una existencia rutinaria y tranquila de escritor.

2) de 1913 a 1936. No hay innovaciones técnicas importantes. Lo más destacado son las Memorias de un hombre de acción (22 volúmenes). Son novelas históricas que abarcan todo el siglo XIX y principios del XX.

3) de 1936 a 1956. Es la etapa de declive como escritor, Baroja ya es mayor, su imaginación no da para más. Destaca su autobiografía: Desde la última vuelta del camino (1944-49)

Ramón María del Valle –Inclán.

Ramón María de Valle-Inclán (o Ramón Valle Peña) nace en Villanueva de Arosa en 1866. Su carrera empieza con los estudios de Derecho que pronto deja para seguir su espíritu aventurero marchándose a México. A su regreso en 1893 empieza en Madrid una vida de escritor.

En 1907 se casa con Josefina Blanco y tiene una hija. En 1916 enseba en la cátedra de Estética en la escuela de Bellas Artes en Madrid, muy pronto deja este empleo para dedicarse completamente a la literatura. En 1933 se separa de su mujer y su salud empeora. Es nombrado por la República director de la Academia Española en Roma, pero pronto se retira a Santiago de Compostela (1935) y en enero de 1936 muere.

Uno de los mejores escritores de la generación, sino el mejor. Empezó con novela modernista. Escribe entre 1902 y 1905 las Sonatas, cuatro novelas breves que recogen las aventuras y amores del marqués de Badomía con una prosa rítmica, rica en efectos sensoriales, elegante y bellísima como la poesía modernista. Después, el estilo de sus novelas, como el de su teatro, es grotesco y esperpéntico. De su segunda etapa (desde 1920) destacan: La corte de los milagros (ambientada el reinado de Isabel II) y, sobre todo, Tirano Banderas (una de las mejores novelas españolas del s. XX), un precedente de las novelas de dictador.

Su obra teatral
Valle-Inclán es un autor de teatro que hoy llamaríamos alternativo y que en su época fue poco entendido o impopular. Fue demasiado avanzado para su momento. Realmente el teatro de Valle se adelantó muchos años al teatro español y europeo, y se relaciona directamente con el teatro de vanguardia de los años 50 del siglo XX

Valle Inclán escribió obras de imposible representación escénica para el momento de su estreno: Águila de blasón, Romance de lobos, Cara de plata, llamadas por su autor Comedias bárbaras, así como su teatro del Esperpento (subgénero dramático inventado por él).

El conjunto de su obra dramática y novelística es uno de los mayores logros de la literatura española de todos los tiempos.

Evolución de su obra.
La evolución de la obra de Valle- Inclán está en relación con su evolución ideológica y personal.

a) Modernista. Sus primeros textos siguen la estética modernista. Lenguaje elaborado, elitismo de clase en sus personajes, lugares exóticos y ambiente aristocrático.

b) Mítico. Hacia la década de 1910 se anuncia el cambio con obras como la teatral Farsa y licencia de la reina castiza (1909); y las obras más representativas son las Comedias Bárbaras (1907-1908). Son de ambiente mítico, en un paisaje convertido en legendario aunque se ambientan en Galicia y los personajes son primarios, funcionan por instintos.

c) EL Esperpento. Desde 1920 se inicia su ciclo más importante. Es la etapa más original de su creación: el esperpento. Una visión deformada y grotesca de la vida y la literatura españolas. con el fin de criticar o satirizar. El esperpento se caracteriza por la degradación, animalización o cosificación de los personajes; el uso de: coloquialismos, gitanismos, y de un lenguaje popular y desgarrado; lugares feos y de mala reputación como los bares, burdeles, casinos de juego y callejones oscuros; la presencia de la muerte; y el empleo excesivo de contrastes.

De estética esperpéntica es su novela más importante: Tirano Banderas (1926). En teatro, podríamos decir que Divinas Palabras está a medio camino entre su producción anterior y las esperpénticas: Luces de Bohemia, 1920-1924 (su obra más importante) y los tres esperpentos recogidos bajo el nombre de Martes de Carnaval (La hija del capitán [1927], Las galas del difunto [1926] y Los cuernos de Don Friolera [1921])

Aquí os dejo el enlace a una presentación muy sencilla sobre el tema.

Un tema más completo para profundizar en el estudio del Modernismo y el 98

GENERACIÓN DE FIN DE SIGLO: MODERNISMO Y 98

1. El mundo a principios del siglo XX

Los avances en la ciencia, en la industria, en los transportes y en las comunicaciones hicieron que Europa disfrutara hacia 1900 de un nivel de vida mucho más alto que en 1800. Este desarrollo tuvo como consecuencia un gran crecimiento de las ciudades. Los países europeos más poderosos controlaban además las materias primas y el comercio en el resto del planeta. Por el poder mundial competían Inglaterra, Francia, Alemania y un país en ascenso: Estados Unidos. Las disputas entre todos ellos condujeron a la Primera Guerra Mundial.

En España, se produjo a fines del siglo XIX el llamado Desastre de 1898, cuando la derrota militar frente a los Estados Unidos acabó con los últimos restos del antiguo imperio español (Cuba, Puerto Rico y Filipinas).
Durante los primeros años del siglo XX el sistema político de la etapa anterior continuó inalterado, esto es, el Partido Liberal y el Partido Conservador siguieron turnándose en el poder, sin que hubiera apenas diferencia entre sus políticas.
La sociedad estaba dominada por una oligarquía integrada por nobles terratenientes y por la alta burguesía financiera; era un bloque social conservador que no sólo controlaba la economía, sino también las elecciones (recordamos aquí el caciquismo). Por debajo se hallaba la pequeña burguesía, que se sentía marginada por el bloque dominante pero que a la vez temía al proletariado; la mentalidad de estas clases medias solía ser reformista; de ellas surgieron intelectuales y escritores disconformes, a veces revolucionarios. En último término encontramos a la clase obrera (el proletariado de las zonas industrializadas y las masas de los campesinos), que soportaba durísimas condiciones de vida; en ellos prendieron las ideologías revolucionarias con sus organizaciones sindicales de carácter socialista y anarquista.

2. La literatura a principios del siglo XX

Desde finales del siglo XIX surgen en Europa y América corrientes de ideas de tipo disidente o inconformista. En las Artes y en las Letras cunden impulsos renovadores frente a las tendencias vigentes.
En España, las ansias de renovación se producen en medio de la decadencia política y el marasmo social. Muchos de los escritores jóvenes abominan de la realidad que ven en torno y se alzan contra la literatura inmediatamente anterior.
Al principio se llamó modernistas a todos los escritores animados por tales impulsos innovadores; aunque adoptaron variadas posturas estéticas e ideológicas, todos ellos coincidían en su actitud rebelde frente a los valores burgueses, en su rechazo al materialismo y la deshumanización del mundo capitalista. Pero con el tiempo, el término modernista se fue reservando para designar a aquellos autores (especialmente poetas) que se despegaron del mundo que aborrecían y encauzaron su inconformismo hacia la búsqueda de la belleza, de lo exquisito; se proponían ante todo una renovación estética. Y, al mismo tiempo, se creó la etiqueta de Generación del 98 para aquellos autores españoles (especialmente prosistas) que se orientaban más bien a profundizar en problemas humanos o a analizar críticamente la penosa realidad española.

3. El Modernismo

La concepción más restringida del concepto de Modernismo considera a este como un movimiento literario que se desarrolla aproximadamente entre 1885 y 1915. Tiene su cuna en Hispanoamérica y su principal impulsor y máximo representante es el escritor nicaragüense Rubén Darío.
En España, el Modernismo conoce dos fases: el Modernismo polémico y el Modernismo domesticado. El primero comienza aproximadamente en 1892, con la llegada de Rubén Darío a España, y se extiende hasta 1904; esta es su época de esplendor. Después, cuando los autores modernistas ya ocupan un lugar central en el mercado editorial, atenúan la actitud provocadora y combativa que los había caracterizado en la primera etapa.

Como movimiento estético, el Modernismo de esta época se relaciona con el mundo de la bohemia, que implica un rechazo de las normas sociales y morales, la automarginación, el gusto por la provocación y, sobre todo, el desprecio de la vulgaridad y la mediocridad..

Las figuras más características del Modernismo en España son Manuel Machado, Villaespesa y Marquina. Ahora bien, hay tres importantes autores que estuvieron inicialmente en la órbita del Modernismo, pero que luego desbordaron sus cauces: Valle-Inclán, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez.

3.1. Influencias

El Modernismo hispánico se halla fuertemente influido por la literatura francesa, en concreto por dos movimientos de la segunda mitad del siglo XIX: el Parnasianismo y el Simbolismo.

. El Parnasianismo está representado por poetas como Théophile Gautier o Leconte de Lisle. Los parnasianos defienden el ideal de el arte por el arte, instauran el culto a la perfección formal y pretenden construir una poesía serena, equilibrada (frente a la vehemencia romántica). Len gustan temas que serán después típicamente modernistas: la mitología griega, el exotismo oriental, las civilizaciones antiguas...

. El Simbolismo es una corriente que arranca de Baudelaire y se desarrolla con Verlaine, Rimbaud y Mallarmé. Los simbolistas no se contentan con la belleza externa ni con la perfección formal (aunque no las desprecien), sino que quieren ir más allá de las apariencias. Para ellos, la realidad sensible encierra significaciones profundas y la misión del poeta es descubrirlas; se sirve, para ello, de símbolos, esto es, de imágenes físicas que sugieren algo no perceptible físicamente (una idea, un sentimiento...). Se trata, en suma, de una poesía que se propone sugerir todo cuanto está oculto en el fondo de las cosas. A este arte de la sugerencia no le convienen ya las formas escultóricas, cinceladas, que perseguían los parnasianos, sino un lenguaje musical.

También se advierten en los modernistas huellas de la literatura española, fundamentalmente de los poetas postrománticos: Bécquer y Rosalía de Castro.

3.2. Temas

La temática del Modernismo apunta en dos direcciones:

1 la que atiende a la exterioridad sensible (lo legendario y lo pagano, lo exótico, lo cosmopolita) y

2 la que apunta a la intimidad del poeta, con su vitalismo y su sensualidad, pero también con su melancolía y angustia. Pues bien, a partir de este último aspecto puede explicarse la unidad temática de la literatura modernista.

3. 1. Desazón “romántica”. Son notables las afinidades de talante entre románticos y modernistas: vemos análogo rechazo de una sociedad en la que no encuentra lugar la poesía y parecida sensación de desarraigo y de soledad. La melancolía (a veces, la angustia) es un sentimiento central. Es sintomático de este talante la presencia de lo otoñal, lo crepuscular, la noche.
Además, la crisis espiritual que alimenta a los modernistas les lleva a exaltar por encima de la razón las pasiones y lo irracional; el misterio, lo fantástico y el sueño vuelven a poblar los poemas.
3.2. Escapismo. Como el romántico, el modernista se evade del mundo con el que está en desacuerdo. Hay una evasión en el espacio (se trata del conocido exotismo de la literatura modernista, cuya aspecto más notorio es el gusto por lo oriental). Y hay también una evasión en el tiempo (hacia el pasado medieval, renacentista, dieciochesco) que es fuente de evocaciones históricas o legendarias. En la misma línea se sitúa el gusto por la mitología clásica, con su brillantez y su sensualidad pagana.
De acuerdo con tales preferencias, aparecen por los poemas dioses, ninfas y centauros; vizcondes y marquesitas; Pierrots y Colombinas; mandarines y odaliscas. Es un mundo de pagodas, de viejos castillos, de salones versallescos y de jardines perfumados; un mundo con cisnes y libélulas, flores de lis y flores de loto, marfil, jades y perlas Todo ello obedece a la necesidad de soñar mundos de belleza en los que refugiarse de un ambiente mediocre.

3 3. Cosmopolitismo. Es un aspecto más de la necesidad de evasión, del anhelo de buscar lo distinto. Ese cosmopolitismo desemboca, sobre todo, en la devoción por París, inspiradora de muchos versos modernistas.

3.4. Amor y erotismo. Se advierte un contraste entre un amor delicado y un intenso erotismo: así, por un lado, encontramos muchas manifestaciones de un amor ideal, imposible, acompañado casi siempre de melancolía; por otro, vemos también numerosas muestras de un erotismo desenfrenado, que unas veces pueden interpretarse como un desahogo vitalista ante las citadas frustraciones y que en otros casos enlazan con las actitudes asociales y amorales características del espíritu modernista.

3 5. Los temas americanos y lo hispánico. Hay también en el Modernismo hispanoamericano un cultivo de temas indígenas. Al principio es una manifestación más de la evasión hacia el pasado y sus mitos, pero más tarde obedece al anhelo de buscar las raíces de una personalidad colectiva. Y esa misma búsqueda de raíces explica la presencia de los temas hispánicos en ese periodo.


4. La estética modernista. El lenguaje y la métrica

El Modernismo profesa un culto casi religioso a la Belleza. La poesía se considera el arte supremo y se concibe como la búsqueda de la armonía, de lo absoluto. Las principales características son las siguientes:

4 1. Literatura de los sentidos. Los poetas pretenden sugerir con las palabras las sensaciones que otras artes consiguen a través del sonido, el color o la luz. Por ello aluden frecuentemente a instrumentos musicales (arpas, liras, flautas) o a colores, sea directamente, sea por medio de objetos preciosos (azul, violeta, rubí, zafiro); o recrean olores exquisitos, generalmente insinuados por medio de flores y plantas (nardos, jazmines, sándalo).
Observamos dos direcciones: la de la brillantez y los grandes efectos y la de lo delicado y delicuescente. Así ocurre con los efectos sonoros: encontramos desde los acordes rotundos (la voz robusta de las trompas de oro) hasta la musicalidad lánguida (iban frases vagas y tenues suspiros / entre los sollozos de los violoncelos); o, también, con los efectos plásticos: desde lo brillante (amor lleno de púrpuras y oros) hasta lo tenuemente matizado (diosa blanca, rosa y rubia hermana).

4 2. Recursos estilísticos. Los modernistas se sirven de todos aquellos recursos que se caracterizan por su valor ornamental o su poder sugeridor.
Los frecuentes recursos fónicos responden al ideal de musicalidad: así, los simbolismos fonéticos (las trompas guerreras resuenan), la armonía imitativa (está mudo el teclado de su clave sonoro) o la simple aliteración (bajo el ala aleve del leve abanico).
El léxico se enriquece con cultismos, neologismos, vocablos exóticos, acumulación de palabras esdrújulas, adjetivación ornamental, etc.: unicornio, gobelinos, pavanas, ebúrneo cisne, sensual hiperestesia...
La preeminencia de lo sensorial se manifiesta en el abundante empleo de sinestesias: verso azul, risa de oro, sones alados, sol sonoro...
Destaca asimismo la riqueza de imágenes: Nada más triste que un titán que llora, / hombre montaña encadenado a un lirio; la libélula vaga de una vaga ilusión; y la carne que tienta con sus frescos racimos...

4 3. Variedad métrica. Se experimenta con estrofas, versos, acentos y rimas en la búsqueda incesante de originalidad y ritmo musical. Típicos versos modernistas son los alejandrinos, los dodecasílabos, los eneasílabos y también los versos libres. En cuanto a las estrofas, predominan los sonetos más diversos, las silvas, los serventesios y, dado el interés por la lírica popular de muchos de estos poetas, las coplas, seguidillas, romances y cuartetas.

EL MODERNISMO A TRAVÉS DE LOS TEXTOS.

TEXTO 1. MANUEL MACHADO
Lee atentamente el siguiente poema de Manuel Machado
OCASO

Era un suspiro lánguido y sonoro
la voz del mar aquella tarde… el día,
no queriendo morir, con garras de oro
de los acantilados se prendía.

Pero su seno el mar alzó potente,
y el sol, al fin, como en soberbio lecho,
hundió en las olas la dorada frente,
en una brasa cárdena deshecho.

Para mi pobre cuerpo dolorido,
para mi triste alma lacerada,
para mi yerto corazón herido,

para mi amarga vida fatigada…
¡el mar amado, el mar apetecido,
el mar, el mar, y no pensar en nada…!
1. Explica con tus palabras cuáles son los temas del modernismo que podemos encontrar en la poesía que has leído.

2.- Investiga cuáles son los aspectos personales y literarios más importantes de la vida de Manuel Machado.

3. ¿Cuál es el tema principal del poema?

4.- ¿Qué te sugiere?

5º Realiza la métrica del poema.

La Generación del 98

La denominación Generación del 98 alude a un grupo de escritores que, en su juventud, expresaron su profundo desagrado ante la sociedad de la Restauración y proclamaron la necesidad de una regeneración social, cultural y estética.
Se inspiran en pensadores reformistas más que en literatos. Parten de la actitud crítica y evolucionan hasta centrarse en la reflexión sobre la sociedad española, y, para entender el « alma » de España, se interesan por los orígenes históricos y literarios de Castilla.
Al mismo tiempo, reflejan el pesimismo existencial y el subjetivismo característico de la época (crisis del positivismo), uno de los temas más destacado fue la pérdida de las últimas colonias españolas de Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
El género preferido del grupo es el ensayo, y les preocupa lograr un estilo personal, alejado de la afectación y el casticismo.

1. Nómina del 98

Se denomina Generación del 98 a un conjunto de escritores españoles que nacen a la vida literaria en los últimos años del siglo XIX y el despuntar del siglo XX y que se define por una coincidencia, en el espacio histórico de un decenio, de localización geográfica, frecuentaciones sociales, influencias, actividades profesionales e intelectuales, inquietudes y, sobre todo, temática y enfoque de la misma. El grupo está integrado por Unamuno, Azorín, Baroja, Maeztu y, con las matizaciones que se verán después, Antonio Machado y Valle-Inclán.
El 98 es el año de la derrota de España en la guerra con Estados Unidos. La liquidación de lo que fue un gran imperio hace que se tome conciencia de la debilidad del país, se analicen sus causas y se busquen soluciones. Es lo que harán los noventayochistas, pero había antecedentes.

2. Precursores: los regeneracionistas y Ganivet

Se llama regeneracionistas a un conjunto de pensadores que ya desde años antes del 98 propugnaban medidas concretas para la regeneración del país. Intentaban combatir el caciquismo, aconsejar obras que pudieran enriquecer a campesinos y obreros, trabajar a favor de la educación y la orientación profesional, y luchar contra el ruralismo, el aislamiento y la cerrazón a Europa, en la que veían modelos de progreso. Entre los regeneracionistas destaca especialmente Joaquín Costa.
Ganivet, en su Idearium español, había analizado los rasgos del alma española, las glorias pasadas, los males contemporáneos y la necesidad de una renovación espiritual, asentada, eso sí, en las tradiciones profundas.
Las ideas de los regeneracionistas y de Ganivet hallaron eco en los miembros de la Generación del 98.

3. Evolución

La Generación del 98 no forma un bloque monolítico: es preciso atender a su evolución.

3.1. La juventud del 98

Antes de 1900, la labor de Unamuno, Maeztu, Azorín y Baroja se emparenta con movimientos políticos revolucionarios: aunque procedentes de la pequeña burguesía, adoptan un izquierdismo radical.
Es distinto el caso de Valle y de Machado. El Valle-Inclán de 1900 es ideológicamente tradicionalista ( y estéticamente modernista). Machado no se dará a conocer hasta 1903, con Soledades, un libro de poesía intimista; sus ideas progresistas de entonces no pasan todavía a su obra.

3.2. El grupo de los Tres

Componen este grupo Azorín, Baroja y Maeztu. En 1901 publican un Manifiesto en el que diagnostican la descomposición de la atmósfera espiritual del momento, el hundimiento de las certezas filosóficas, de los dogmas... Se observa entre los jóvenes un vago ideal altruista de mejorar la vida de los miserables. Lo que necesitan, es encontrar algo que canalice esa fuerza. Pero no confían en las doctrinas políticas. Piensan que sólo una ciencia social puede poner al descubierto todas las llagas sociales y estudiar soluciones.
Como vemos, los Tres han abandonado las ideas revolucionarias anteriores y se han aproximado más al reformismo de los regeneracionistas.
La campaña fue un fracaso y el episodio los condujo a un desencanto total. Y en ese desengaño de la acción concreta les había precedido Unamuno, quien en el año del Manifiesto confiesa que ya no le interesan demasiado los asuntos económico-sociales; lo que le preocupan ahora son los problemas espirituales del pueblo.

3.3.. La madurez del 98
Los escritores adoptan unas posiciones fuertemente personales, lejos del común radicalismo juvenil. No obstante, queda en todos ellos la lucha por algo que no es lo material, es decir, un anhelo idealista. Presentan, además, otros rasgos comunes:cierto irracionalismo neorromántico (coinciden en ello con los modernistas); una especial preocupación por las cuestiones existenciales (el sentido de la vida, el destino del hombre...); un enfoque subjetivo del problema de España, es decir, una mirada empañada por los anhelos y angustias personales; además, lo que les preocupa ahora no son tanto los problemas materiales concretos como el “alma” del país (sus valores, sus creencias).
La evolución ideológica de los autores es curiosa. Unamuno se debatiría toda su vida entre contradicciones y luchas íntimas. Baroja se recluye en un escepticismo radical. Azorín derivó hacia posturas conservadoras. Finalmente, Maeztu se convierte en un portavoz de las derechas lindantes con el fascismo.
Ahora podemos apreciar el signo inverso de las trayectorias de Antonio Machado y Valle-Inclán. Machado, en Campos de Castilla (1912), incorpora por fin preocupaciones noventayochistas; pero pronto las desborda y avanza hacia posiciones que lo distancian de los típicos hombres del 98. Valle, hacia 1917, pasa de su tradicionalismo inicial a un progresismo a veces muy radical. Por tanto, igual que Machado, está en un plano muy distinto del que por entonces ocupaban los cuatro primeros noventayochistas estudiados.

4. Temas del 98

4.1 El tema de España es central. Los noventayochistas nunca abandonaron su intensa preocupación por el país. Rechazan el ambiente político del momento y denuncian, sobre todo en su juventud, el espíritu de la sociedad: su ramplonería, su apatía, su parálisis... En cambio, exaltan, especialmente en su madurez, una “España eterna y espontánea” ; de ahí su interés por el paisaje y la vida de los pueblos y por lo que hay de permanente en su historia.
Las tierras de España fueron recorridas y descritas por ellos con dolor y con amor: junto a una mirada crítica que descubre la pobreza y el atraso, encontramos, cada vez más, una exaltación lírica de los pueblos y el paisaje; sobre todo de Castilla, en la que ven la médula de España. Su atracción por lo austero de las tierras castellanas inaugura una nueva sensibilidad, una estética de la pobreza.
Por lo que respecta a la historia, si al principio rastreaban en el pasado las raíces de los males presentes, cada vez más bucean en ella para descubrir los valores permanentes de Castilla y España, sus “esencias”. Es muy significativo que, por debajo de la historia externa (reyes, hazañas...), les atrajera lo que Unamuno llamó la intrahistoria, es decir, “la vida callada de los millones de hombres sin historia” que con su labor diaria ha hecho la historia más profunda.
Por último, en los hombres del 98 el amor a España se combina con un anhelo de europeización, aunque acabarán reivindicando lo propio y distintivo de nuestro país.

4.2 Las preocupaciones existenciales ocupan un lugar central en la temática noventayochista. Hay que situarlas en la crisis de fin de siglo. Encontramos en estos escritores ese malestar vital, esa desazón “romántica” que vimos en los modernistas. Así, ellos o sus personajes se interrogan sobre el sentido de la existencia humana, sobre el tiempo, sobre la muerte, etc. Y son frecuentes los sentimientos de hastío de vivir o de angustia.

4.3 Estrechamente vinculado con lo anterior está el problema religioso. Los del 98 fueron agnósticos en su juventud. Baroja se mantuvo en esta actitud toda su vida. Unamuno, en perpetua lucha entre su razón y su sed de Dios, fue un temperamento profundamente religioso, pero angustiado y fuera de la ortodoxia católica. Azorín y Maeztu, en cambio, adoptaron con el tiempo posiciones católicas tradicionales.

.5. Estilo

Al igual que los modernistas, los hombres del 98 reaccionaron contra la grandilocuencia o el prosaísmo de la literatura anterior. Todos ellos se propusieron renovar la lengua literaria, y aunque cada uno posee un estilo fuertemente individualizado, encontramos algunos rasgos comunes:

Cierto ideal de sobriedad (contra el retoricismo), pero también un gran cuidado de la forma (contra el prosaísmo).

Gusto por las palabras tradicionales y terruñeras: ponen en circulación un enorme caudal léxico que recogen en los pueblos o toman de los clásicos, llevados de su amor a lo castizo y a las raíces culturales españolas.

Un fuerte subjetivismo, que se manifiesta en el tono lírico de muchas de sus páginas; y de ahí que en sus visiones del paisaje sea difícil separar lo visto de la manera de mirar.

Finalmente, hay que destacar las innovaciones en los géneros literarios. Ante todo, el grupo del 98 configuró el ensayo moderno, dándole una flexibilidad que le permitiría recoger por igual la reflexión literaria, histórica o filosófica, la visión lírica del paisaje, la expresión de lo íntimo, etc.
En cuanto a la novela, se abandonan las maneras de la prosa realista. Ya no se pretende reflejar con exactitud la realidad, porque lo que interesan son las experiencias subjetivas o los problemas de conciencia. Eso explica el gusto por la sugerencia, por la imprecisión, por la pincelada rápida que evoca los descrito, la tendencia a lo inconcluso, etc. Y eso explica también que sea una novela que admite profundas novedades técnicas, de manera que caben en ella la rapidez impresionista y la andadura libre de Baroja, el ritmo lento de Azorín, que rompe con la preeminencia de la fábula, o la introspección y las distorsiones de la realidad de las novelas de Unamuno.
Autores

Miguel de Unamuno y Jugo

Nació en Bilbao en 1864. Estudió Filosofía y Letras en Madrid y fue catedrático de griego en la Universidad de Salamanca donde ejerció muchos años como rector. A causa de su oposición a la Dictadura de Primo de Rivera, fue desterrado a la isla de Fuerteventura. Regresó en 1930 a Salamanca donde murió el 31 de diciembre de 1936.

Unamuno es el escritor más representativo del 98 y todos sus compañeros de Generación admiraron y respetaron su formidable y contradictoria personalidad, la profundidad de su pensamiento y su estilo apasionado.

Toda su obra está llena de preocupación y problemática filosófica; pero sin perder su valor literario. El autor siente una gran angustia ante la muerte y un deseo de vida eterna que permita al hombre seguir existiendo. El problema religioso y la búsqueda angustiada de Dios son un tema constante en su vida y en su obra.

Su estilo no tiene un claro propósito artístico; es seco, robusto y no siempre elegante, pero extraordinariamente exacto e incitante. Le interesa expresar su mundo interior y convencer a los lectores, por ese orden. De ahí que su tono sea apasionado y que sus razonamientos no estén ordenados, sino en un continuo movimiento de vaivén. Su vehemencia hace que utilice cadenas de sinónimos como si con una sola palabra no bastara para expresar todo su complejo y rico mundo interior.

Su producción literaria es muy extensa, utilizando todos los géneros literarios:

La novela es el género que utiliza para expresar sus propios problemas personales como la sed de inmortalidad, el sentido trágico de la vida y la lucha entre la razón y la fe. Destacan: La tía Tula, Abel Sánchez, San Manuel Bueno, mártir, Niebla ala que puso como subtítulo Nivola:.

El término nivola aparece por primera vez como subtítulo de la obra Niebla, del propio Unamuno. Con esta denominación, el escritor quería expresar su rechazo hacia los principios dominantes en la novela realista: la caracterización psicológica de los personajes, la ambientación realista, la narración omnisciente en tercera persona...

Las características de una Nivola son:

- Predominio de la idea sobre la forma
-. Abundancia de diálogos.
- Escaso desarrollo psicológico de los personajes
- Escasa ambientación realista
- Gestación "vivípara": en palabras del propio Unamuno, es decir, un nacimiento apresurado y no precedido de una larga época de preparación, documentación y planificación.

En poesía deja ver su honda preocupación religiosa. El Cristo de Velázquez, Teresa, Cancionero.

Ensayos y artículos en los que Unamuno expone sus preocupaciones patrióticas y el futuro del hombre más allá de la muerte. Vida de Don Quijote y Sancho, Del sentimiento trágico de la vida, La agonía del cristianismo.

Cuentos, como los recogidos en el libro El espejo de la muerte.

Dramas. Soledad, Raquel, El otro.


Azorín

Se llamaba José Martínez Ruiz. Nació en Monóvar (Alicante) en 1873 y vivió en Madrid dedicándose al periodismo y a la literatura. Pasada su juventud vivió una vida tranquila sin hechos destacables y murió en 1967.

Sintió profundamente los problemas de España y centró su atención en Castilla: sus pueblos, sus hombres, su paisaje y su pasado histórico y literario.

Su estilo es muy personal, llamando poderosamente la atención su arte descriptivo. Es capaz de percibir los más mínimos e insólitos detalles de la realidad. Se vale de una técnica impresionista muy cercana a la utilizada por la pintura o por el cine, que consiste en seleccionar unos cuantos detalles significativos de lo que quiere describir para darnos, a través de ellos, la esencia íntima de la realidad descrita.

Su prosa, de estilo inconfundible, se caracteriza por una elegante, primorosa y elaborada sencillez. La sintaxis es simple: frases cortas, normalmente coordinadas o yuxtapuestas. El léxico, por el contrario, tiene gran riqueza y precisión.

Novelas: La voluntad, Antonio Azorín, Las confesiones de un pequeño filósofo.
Ensayos: Al margen de los clásicos, La ruta de Don Quijote.
Libros de paisajes: Los pueblos, Castilla.
Teatro: Old Spain, Lo invisible.

Pío Baroja

Nació en San Sebastián en 1872; murió en Madrid en 1956. Fue médico pero abandonó su carrera para dedicarse a la literatura. Viajó mucho; sin embargo, su vida fue bastante tranquila. Baroja fue un hombre solitario, independiente y profundamente sincero. Su visión de la realidad española es amarga y pesimista, lo cual se refleja en sus obras, pero también se plasma su espíritu sensible lleno de humor y, a veces, de ternura. Critica claramente los vicios que aquejan a los españoles con una marcada intención reformista.
Aunque nació en San Sebastián, la mayor parte de su vida transcurrió en Madrid. Acabó la carrera de Medicina, aunque apenas ejerció un año como médico, ya que se entregó por entero a la literatura. Realizó frecuentes viajes por España y Europa y llevó una vida, en general, tranquila. En 1935 fue nombrado académico de la Real Academia Española.

Baroja fue un hombre solitario, contrario a muchas cosas, pesimista radical, ya que como él mismo afirmó: “la vida es esto: crueldad, ingratitud, inconsciencia, desdén de la fuerza por la debilidad”. Puede ser calificado como misántropo, ya que no cree en el ser humano; lo considera cruel y egoísta. Pensaba que lo único que justificaba la vida del hombre era la acción.

Se entregó por entero al cultivo de la novela, concebida por él como un cajón de sastre donde cabía todo; lo importante es la naturalidad y la espontaneidad. En sus novelas aparecen anécdotas, pensamientos del autor o episodios de la narración de una manera constante. Baroja ha sido criticado precisamente por esto: parece que improvisa a medida que va escribiendo, y se le ha achacado despreocupación en cuanto a la construcción de la novela. De todos modos, es indudable el mérito y la claridad que alcanza en su prosa, compuesta de frases cortas y párrafos breves. Hay dos aspectos fundamentales en sus novelas: las descripciones, breves pero absolutamente concisas, y los diálogos entre los personajes, auténticos y creíbles.

La influencia de la novela realista del XIX es indudable sobre nuestro autor. En sus obras aparecen personajes enfrentados por alguna razón a la sociedad, que basan su vida en la acción y el movimiento. Aparecen una gran cantidad de personajes secundarios que dan color a la narración, además de contribuir al ambiente general de la novela.

Agrupó sus novelas en trilogías, aunque estas agrupaciones, en ocasiones, son bastante arbitrarias ya que no hay relación entre las obras que las integran:
La trilogía titulada “Tierra vasca” incluye La casa de Aizgorri (1900), El mayorazgo de Labraz (1903) y Zalacaín el aventurero (1909). Esta última es una de las grandes novelas de Baroja. Narra la vida de Martín Zalacaín, un muchacho de origen campesino que, a través de múltiples aventuras, participa activamente en la guerra carlista. Se han visto reminiscencias picarescas en esta novela, en concreto podemos destacar la influencia de El Lazarillo de Tormes (1554).

La raza” está formada por La dama errante (1909), La ciudad de la niebla (1909) y El árbol de la ciencia (1911). El árbol de la ciencia es una de las novelas más importantes de Baroja no sólo por sus valores estéticos, sino también por los elementos autobiográficos que encierra. Además, las preocupaciones de los del 98 aparecen claramente expresadas a través de su protagonista, Andrés Hurtado.

Baroja es el novelista de la Generación del 98 y su influencia en la novela española del siglo XX es determinante a causa de la sobriedad de su estilo y de sus extraordinarias dotes de creador.
Todas las obras de Baroja pertenecen al género narrativo: novelas, cuentos y narraciones cortas. Su estilo es vigoroso, dinámico y expresivo. Irrespetuoso con las reglas gramaticales, no busca la corrección sintáctica y léxica, sino la sencillez y la expresividad. Sus personajes suelen ser rebeldes, arrojados e intrépidos en contraste con su falta total de fe en el mundo y en la acción.

Escribió sesenta y seis novelas además de otras narraciones. Entre ellas destacan: La busca, Mala hierba, Aurora roja, La casa de Aizgorri, El mayorazgo de Labraz, Zalacaín el aventurero, Camino de perfección.


Ramón María del Valle-Inclán

Nació en Villanueva de Arosa (Pontevedra) en 1866 y murió en Santiago de Compostela en 1935. Después de una accidentada estancia en México, paso la mayor parte de su vida en Madrid; aunque siempre estuvo vinculado a su tierra gallega. Fue conocido tanto por el valor de su obra literaria como por su extraña figura: largas melenas y barbas, vestidos estrafalarios y gestos desmesurados de gran señor. Perdió su brazo izquierdo en una pelea. Dirigió en Roma la Academia Española de Bellas Artes.

Aunque estudiamos a Valle-Inclán dentro de la Generación del 98, no mostró ningún interés por muchos de los problemas ideológicos que preocuparon a los hombres de su generación. Sus preocupaciones son fundamentalmente estéticas.

Cultivó todos los géneros literarios, pero destacó en la novela y en el teatro. Demostró el magnífico dominio que poseía sobre los recursos expresivos del idioma. Su estilo está marcado por dos etapas bien diferenciadas. Las obras de la primera están escritas en una prosa refinada y exquisita, llena de musicalidad y de sensaciones de color. La segunda se caracteriza por una visión pesimista de la realidad, que se expresa a través de un lenguaje desgarrado y de un humor deformante. Crea los esperpentos: obras en las que deformaba sistemáticamente la realidad mediante la creación de personajes grotescos que se mueven en ambientes raros y sorprendentes.
RASGOS MÁS DESTACADOS DEL ESPERPENTO:
Mezcla en una misma escena de lo cómico y lo serio, lo estrafalario y lo trágico.
Caricaturización de los personajes, mostrados como títeres.
Muñequización o cosificación de los seres humanos.
Presencia de animales en sus escenas, creando momentos absurdos.
Deformación de la realidad y gusto por lo grotesco.
Intención satírica y burlesca.
Crítica social y política de la realidad española de su tiempo.
Importancia del diálogo para conocer a los personajes.
Acotaciones: están muy detalladas y se parecen a las de un guión cinematográfico. En ellas se mezclan expresiones del habla popular con un lenguaje de lo más refinado, abundante adjetivación y muchas veces se omite el verbo.

CLASIFICACIÓN DE LAS OBRAS DE VALLE

Sus obras de la primera etapa:

- Novelas: Las cuatro Sonatas, Los cruzados de la causa, El resplandor de la hoguera, Gerifaltes de antaño.
- Teatro: Águila de blasón, Romance de lobos.
- Poesía: El pasajero.

A la segunda etapa pertenecen:

- Novelas: Tirano Banderas.
- Teatro: Luces de bohemia.
- Poesía: La pipa de Kif.


Antonio Machado

Nació en Sevilla en 1875; pero siendo aún muy pequeño se trasladó a Madrid con su familia. Fue profesor de Francés en los institutos de Soria, Baeza, Segovia y Madrid. Cuando vivía en Soria, se casó con Leonor Izquierdo. Consiguió un beca para ampliar sus estudios en París, pero tuvo que regresar a causa de la enfermedad de su esposa. Su muerte causó en el poeta un gran dolor que marcó toda su vida. Al estallar la guerra civil española, su espíritu liberal y republicano hicieron que apoyara la causa del pueblo con su verso y con su ejemplo. En los últimos días de la guerra, como tantos otros, marchó a un pequeño pueblo de Francia llamado Collioure, donde murió en 1939.

La poesía de Antonio Machado gira en trono a tres temas principales: la intimidad del poeta, el paisaje o mundo exterior a él y su amor por Leonor, muerta al poco de casarse.
Su mundo interior está hecho de recuerdos, añoranzas, ensueños (mundos imaginarios creados por el deseo y la soledad); y por el sentimiento del paso del tiempo.

El paisaje es Castilla y es Andalucía, porque vivió en ambos lugares; son las gentes castellanas, su historia pasada y su vida presente. También es la realidad nacional vista con sentido crítico.

El amor de su mujer hace que salga por algún tiempo de su soledad y ensimismamiento. Pero vuelve a ellos cuando Leonor muere.

Sus obras poéticas:

Modernista: Con Soledades (1903), inicia Machado su andadura poética dentro de los cauces del Modernismo, un modernismo intimista, alejado de los adornos y exotismos de Rubén Darío.
Machado trata temas modernistas como son los recuerdos de su infancia, los sueños o el amor. A pesar de que el modernismo trata sobre todo de obtener la belleza formal con el fin de evadirse de los problemas sociales, desde sus comienzos Machado se distingue del resto de autores dando a sus poemas un toque intimista con rasgos suyos tan propios como la nostalgia o el tratar temas profundos en ambientes superficiales.

Poesía intimista: En 1907 publica Soledades, galerías y otros poemas, nueva versión de la obra anterior, a la que añade 46 composiciones, aunque suprime los poemas más modernistas del libro Soledades de 1903. Se trata de una poesía intimista, melancólica, que recibe la influencia del Simbolismo.

Poesía noventayochista: Campos de Castilla (1912). Los temas más utilizados en esta etapa son: el paso del tiempo, tratado con la melancolía que le supone ver pasar el tiempo y la añoranza de su infancia que tanto le caracterizan. A través de Castilla, Machado demuestra el amor y el dolor que siente por el país, pues considera que Castilla es la esencia de España. Una España nueva, pues existe un buscado deseo de europeización que se proclama desde sus versos. Otro tema es el interés por el paisaje, fundido con expresiones personales. Soria significa para Machado el descubrimiento de Castilla (su paisaje y sus gentes) y desarrolla una poesía de corte noventayochista, mucho más descriptiva. En ella refleja el paisaje castellano con el que se identifica el alma del poeta y que le lleva a una reflexión histórica, donde muestra su preocupación por el “problema de España”, así como sus inquietudes filosóficas. En la segunda edición de Campos de Castilla destacan los poemas dedicados a la memoria de Leonor.

Poesía filosófica: Nuevas canciones (1924). Junto a la influencia de la poesía popular, desarrolla Machado su interés por la temática filosófica e incluye una serie de composiciones dedicadas a Guiomar

Machado utiliza en sus poemas gran cantidad de símbolos, cuyo significado es imprescindible saber si se quiere interpretar sus poemas.

El modernismo utiliza los símbolos para mostrar los secretos y realidades ocultas del mundo, pero Machado, desde el principio utiliza símbolos más profundos (como en un poema de Soledades, donde habla de la plaza, que es alegre, abierta y acogedora para referirse a la infancia; y de la calle como un lugar oscuro y estrecho, refiriéndose a la madurez).

Algunos de los símbolos que más utiliza son:

La fuente, cuando quiere hacer referencia a sus anhelos e ilusiones.
Cuando habla del camino quiere hacer referencia a la vida y a la búsqueda de su sentido.
El aire representa la libertad del ser humano.
El símbolo del fuego simboliza la poesía amorosa.
La Tierra la relaciona con una realidad solitaria, y la tarde representa la melancolía y la nostalgia de tiempos pasados, así como una pesimista premonición de la muerte.
El espejo se interpreta como el lugar donde son proyectados los recuerdos y los sueños
. El jardín es un símbolo que Machado asocia a la intimidad que estos trasmiten.
Otro símbolo es el agua, reflejo del fluir temporal, de la vida anterior, muerte.
El reloj representa el tiempo real (no al tiempo psíquico del hombre). La muerte supone la derivación lógica de sus inquietudes sobre el tiempo.
Los sueños son concebidos por Machado como la única forma de conocimiento.
Finalmente, Dios, el poeta busca a Dios, pero lo considera un sueño o un deseo, algo muy bonito pero que no se acaba de creer ya que es agnóstico.

En relación con el estilo empleado por Machado en sus obras, cabe destacar: la variedad de estrofas, aunque muestra especial predilección por el romance y la silva, además de los versos dodecasílabos y alejandrinos. Además, emplea un lenguaje poético depurado, sobrio y claro. Por último, todas sus obras se caracterizan por la abundancia de lo que él denomina adjetivos definidores..
También escribió teatro: La Lola se va a los puertos; y prosa: Juan de Mairena, Abel Martín.

Las ascuas de un crepúsculo morado...

Las ascuas de un crepúsculo morado
detrás del negro cipresal humean...
En la glorieta en sombra está la fuente
con su alado y desnudo Amor de piedra,
que sueña mudo. En la marmórea taza
reposa el agua muerta.


A UN OLMO SECO

Al olmo viejo, podrido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas, de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

ANTONIO MACHADO Comentario de texto: Campos de Soria
(VIII)
He vuelto a ver los álamos dorados,
álamos del camino en la ribera
del Duero, entre San Polo y San Saturio,
tras las murallas viejas
de Soria -barbacana
hacia Aragón, en castellana tierra-.
Estos chopos del río, que acompañan
con el sonido de sus hojas secas
el son del agua cuando el viento sopla
tienen en sus cortezas
grabadas iniciales que son nombres
de enamorados, cifras que son fechas.
Álamos del amor que ayer tuvisteis
de ruiseñores vuestras ramas llenas;
álamos que seréis mañana liras
del viento perfumado en primavera;
álamos del amor cerca del agua
que corre y pasa y sueña;
álamos de las márgenes del Duero,
conmigo vais, mi corazón os lleva!
Campos de Castilla.

RESUMEN DEL TEMA:

COINCIDENCIAS ENTRE EL MODERNISMO Y LA GENERACIÓN DEL 98

Los autores pertenecen al cambio de siglo y se reúnen en los cafés literarios de Madrid.
Participaban en actos sociales (homenaje a Larra) y en proyectos editoriales comunes (revistas, prensa diaria, etc).
Critican la Restauración.
Estilos, ideas e intereses en común. Influencias europeas.

RASGOS DEL MODERNISMO
Afán de renovación de la literatura española y rebeldía hacia la literatura anterior.
Prioridad de la belleza y de la estética ante todo para evadirse de la realidad.
Anteponen la forma al contenido. Importancia de los sentidos.
Preferencia por la poesía.
Los poetas modernistas pretendieron sugerir con palabras las sensaciones que otros artistas conseguían traducir con luces,sonidos…
En sus poemas se alude a colores, efectos sonoros, olores…
El léxico que utilizaron los poetas modernistas se enriqueció con vocabulario exótico,cultismos, neologismos y términos que llaman la atención.
Los ambientes que utilizan son característicos por su valor simbólico y evocador
Existían personajes reales y mitológicos.
Gran variedad métrica: experimenta con estrofas ,versos ,acentos y rimas, buscando siempre la originalidad y ritmo musical.

RASGOS DE LA GENERACIÓN DEL 98

Interés por los viejos pueblos y paisajes españoles, así como sus tradiciones y valores.
Rechazan la literatura pomposa y adornada.
Lenguaje rico, preciso y sencillo.
Obras con contenido ideológico/político debido a la influencia de los grandes conflictos sociales de su época y al Desastre del 98.
Preferencia por el periodismo, las novelas, el ensayo y el teatro. (prosa)

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